Barbacoa:
La auténtica barbacoa de carnero se sigue haciendo con base en la tradición y materiales desde hace más de tres siglos y su característica fundamental es el horno en la tierra. En el Valle del Mezquital y particularmente en la Ciudad de Actopan así como en amplias zonas del Altiplano Hidalguense en donde abunda otra de las materias primas que son las pencas de maguey, es el sitio en el que se creó este platillo exquisito y emblemático de Hidalgo.
Chinicuiles:
Los chinicuiles son pequeños gusanos rojos que salen debajo de las plantas de maguey después de los aguaceros de otoño y son de sabor fuerte con los que se aderezan salsas o se disfrutan como botanas. Los gusanos de maguey que en algunos sitios conocen como chicharras viven dentro de las pencas del maguey adulto el cual debe podarse para extraer estos animales deliciosos que son guisados en mantequilla o aceite de oliva para comerlos en tacos. Los escamoles son extraídos de los nidos de hormiga y además de tener un sabor exquisito tiene un alto contenido de proteínas; con ellos se hacen sopas, tamales, guisados compartidos con nopales, huevo o chile y abundan en el Valle del Mezquital.
Mixiotes:
El mixiote es un guisado con el toque de la cocina casera en donde el sabor especial que logra el platillo se deriva de la esencia impregnada de la hoja de maguey. La carne adobada y acompañada de finos trozos de nopales se envuelve en las hojas de maguey en forma de bolsa y se cuecen con el sistema de baño maría y a fuego lento de preferencia en los tradicionales botes para tamales que tienen acondicionada una parrilla que permite colocar agua en el fondo cuyo vapor ocasiona el cocimiento.
Pastes:
Es una especie de empanada cuya base es harina de trigo, con un relleno que resulta de una combinación con carne de res finamente picada, poro, papa, perejil, pimienta y chile verde picado que es una adición mexicana a la receta original de los ingleses. Es una herencia de las costumbres británicas arraigada gracias a los mineros ingleses que trabajaron en las regiones de Pachuca y Real del Monte. Los pastes se adoptaron en la comarca porque estuvieron directamente relacionados a la alimentación de la población minera; los trabajadores podían llevar los pastes consigo cuando ingresaban a los tiros y socavones y lo disfrutaban igual los mineros que los administradores, apoderados o propietarios, así como sus familias. Al mexicanizar este producto se agregó chile a la receta original. El gran secreto que guarda su sabor está en la consistencia de la masa y su proporción de levadura, así como en la incorporación del relleno para su cocimiento en horno.
Ximbó:
En los mismos hornos donde se prepara la barbacoa, pero con un sabor radicalmente opuesto se ha incorporado a la tradición hidalguense un platillo denominado ximbó. Utilizando pencas de maguey como molde y cubierta se hace una preparación de nopales, pescado y carne de cerdo para lograr un platillo digno de la mejor mesa. Uno de los grandes secretos del ximbó es el equilibrado uso de especias como la pimienta, hierbabuena, clavos y cominos que le dan un toque exquisito.
Tlacoyos Hidalguenses:
Los tlacoyos, clacoyos o tlatloyos son un antojito mexicano, que consiste en una tortilla gruesa ovalada y larga, preparada con una mezcla de masa de maíz y frijoles o habas cocidos, secos y molidos, la cual puede ir rellena de diversos ingredientes (frijoles, habas, carne, requesón, etc.) y sobre la cual se pone una mezcla de ingredientes como nopales, queso, chile y cebolla.
Zacahuil:
Es el platillo típico de la huasteca hidalguense que también comparte la tradición con el norte de Veracruz y el sur de los estados de Tamaulipas y San Luis Potosí. Se trata de un enorme tamal con masa de maíz martajada mezclada con manteca de cerdo, chiles molidos, especias y sal. Se rellena con trozos grandes de carne de res, cerdo y pollo y en ocasiones se agrega guajolote.
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